Plaça de Santa Maria
Punto 1
La Basílica de Santa Maria es uno de los conjuntos arquitectónicos y artísticos más notables del barroco catalán. Es un edificio que se ha de descubrir poco a poco: del exterior al interior; hasta llegar a su gran tesoro, la Capella dels Dolors.
La iglesia de Santa María de Mataró, documentada desde el año 1054, era entonces una pequeña iglesia prerrománica o románica. No fue hasta el siglo dieciséis que se construyó un templo gótico. Como la ciudad no tenía muralla, se acordó fortalecer la iglesia ya que en caso de peligro era el único reducto de seguridad de los aldeanos. El encargo lo recibió en 1546 el prestigioso ingeniero militar Benedito de Ràvena, autor de los sistemas de defensa de Gibraltar, Perpinyà o Barcelona. En ese momento el campanario, el punto más elevado del templo, adquirió funciones de atalaya. El edificio actual fue construido a partir de 1675 según el proyecto del arquitecto milanés establecido en Barcelona, Ercole Turelli. La construcción supuso una notable ampliación de la antigua iglesia gótica, que había quedado pequeña por el crecimiento de población. De la antigua construcción sólo queda la base del campanario y los arcos apuntados de las capillas laterales. La fachada principal es de mediados del siglo diecinueve y de estilo ecléctico. Dicho esto te invito a entrar.
Punto 2
Una vez dentro puedes observar que la basílica tiene planta de cruz latina, con una amplia nave central sin columnas. La cubierta tiene bóveda de medio punto, con lunetas que permiten la iluminación a través de ventanas. Las capillas laterales, acabadas con arco apuntado, están enmarcadas por columnas de orden compuesto. El crucero flanquea la nave con dos amplios espacios coronados con cúpulas.
De todas las capillas vale la pena detenerse en la Capella del Sagrament, de estilo modernista y obra del arquitecto mataronés Emili Cabañes. Y en la Capella del Roser, donde se encuentra el retablo original construido a finales del siglo diecisiete por mataronés Antoni Riera i Móra, con esculturas de Lluis Bonifàs.
Eh, y no te olvides de mirar sobre la puerta de entrada! La Basílica de Santa Maria conserva el órgano más grande de Catalunya, construido por Gaietà Estadella, responsable también de los órganos de Sant Cugat del Vallés y Sant Pere de les Puelles.
No te vayas todavía. Ya has visto la Capella dels Dolors?
Punto 3
Si la Basílica de Santa Maria es uno de los principales puntos de referencia de la ruta del barroco catalán es por la Capella dels Dolors, comenzada antes de la Guerra de Sucesión y finalizada dos décadas después, en 1708.
El Conjunt dels Dolors fue una iniciativa de la Venerable Congregació dels Dolors. En 1697, esta cofradía adquirió unos terrenos contiguos a la Basílica de Santa Maria para edificar una capilla con cripta, una sacristía y una sala de juntas. La decoración de la capilla se encargó al pintor barcelonés Antoni Viladomat, considerado el mejor pintor catalán de la primera mitad del siglo XVIII.
No es exagerado afirmar que se trata de uno de los conjuntos más suntuosos de nuestro barroco ya que prácticamente todas las paredes y techos de las estancias están pintadas. En la capilla podemos contemplar un conjunto de telas que representan el Vía Crucis y los Dolores de la Virgen. En el primer piso está la Sala de juntas, un espacio de planta octogonal totalmente decorado con telas pintadas al óleo que representan los apóstoles y evangelistas, presididos, en el techo, por la Asunción de María. Completan el edificio una cripta para enterrar a los miembros de la congregación y un corazón con un balcón con celosías.