
Plaça de Can Xammar, 8
Al igual que los balnearios actuales, las termas o baños públicos romanos eran equipamientos destinados a la higiene personal, los ejercicios gimnásticos y los masajes. Pero también eran lugares de ocio y de encuentro de las clases acomodadas.
Iluro, como toda ciudad romana importante, tenía sus termas. Fueron construidas a finales del siglo primero antes de Cristo en época del emperador Augusto. Estaban justamente dónde estás ahora. De hecho, hoy todavía se pueden ver algunos restos que nos permiten hacernos una idea de cómo eran.
Las termas de Mataró ocupaban casi tres manzanas y eran de lujo. Disponían de una amplia sala de recepción pavimentada con un gran mosaico, desde la que se accedía a los vestuarios y a las piscinas. Estas estaban divididas en tres según la temperatura del agua: caldarium, para el agua caliente, tepidarium, para la tibia y frigidarium, para la fría. Un pasillo comunicaba el vestíbulo con las letrinas, una sala semicircular que también lucía un gran mosaico como pavimento.
Otros elementos también demuestran que eran termas de lujo. Las excavaciones arqueológicas de 2002 permitieron encontrar varios fragmentos de una escultura de mármol de tamaño natural que representa a Venus, diosa de la belleza, acompañada de un delfín que nos recuerda su relación con el mar y las aguas.
Desde la misma plaza puedes ver algunos muros de este equipamiento romano y desde dentro del Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros, una muestra de cómo eran las canalizaciones de agua en esta época.





