Plaça de Santa Anna, 21
La plaza de Santa Anna, construida en el siglo dieciocho, fue la primera gran plaza pública de Mataró. Y todavía hoy es uno de los centros neurálgicos de la ciudad. De aquella época, sin embargo, sólo queda la iglesia dedicada a quien fue la madre de María.
El elemento más destacado de este edificio es la portada barroca construida en 1789 por el hermano escolapio Josep Guàrdia y caracterizada por un frontón de líneas onduladas presidido por una imagen de la santa.
En el interior del templo se puede contemplar la Capilla del Sacramento con pinturas de Jordi Arenas y esculturas de Jordi Puiggalí.