Carrer de Sant Cristòfol, 10
Una tienda como esta no pasa desapercibida. Entrar en La Confianza es como viajar a finales del siglo diecinueve. Concretamente en 1896, año en que fue inaugurada según un letrero de madera esculpida sustentado por dos ángeles que hay en el interior del comercio.
Proyectada por el arquitecto Puig i Cadafalch, La Confianza es hoy el único testigo vivo de tienda de comestibles modernista en Mataró. Su primer propietario, según también se puede leer en una guirnalda en el interior del establecimiento, fue Francisco Palomer, fabricante y comerciante de pasta.
La tienda, situada en los bajos de una antigua casa de cós, con viviendas en los pisos superiores, mantiene dentro y fuera, una ornamentación modernista que la hace única. El exterior está decorado con azulejos vidriados que enmarcan la puerta de entrada y un elegante y discreto rótulo de hierro forjado bajo el balcón, anuncia el nombre del establecimiento.
Dentro (no te dé vergüenza entrar), las paredes y el techo están decorados con motivos florales y cenefas. Los armarios, ornamentados con relieves góticos y coronados con pináculos como si fueran capillas, se identifican claramente con la obra de Puig i Cadafalch. Y dos símbolos concretos, las espigas de trigo y una rama de olivo, recuerdan al cliente los primeros productos de esta tienda: la pasta de sopa y el aceite de oliva.
Aunque desde 2002 el edificio es de titularidad municipal, la tienda todavía hoy la regenta la quinta generación de los Pinós, herederos del primer propietario. Y estos continúan apostando por los productos de proximidad y de granel, como hace más de ciento veinte años.
