Carrer de Barcelona, 2
La antigua muralla de Mataró, de la que puedes ver un trozo en la plaza de Can Xammar, disponía de siete portales o accesos. El camino que venía de Barcelona hacia Mataró era de largo el más concurrido como consecuencia de los estrechos vínculos comerciales entre la ciudad y la capital catalana. Por eso el Portal de Barcelona, situado justo en el punto donde te encuentras ahora, también era el más monumental.
Las puertas de los portales se abrían y cerraban bajo un estricto horario. Es sabido, sin embargo, que algunos mataroneses, para poder ir a trabajar al huerto cuando quisieran y ahorrarse la caminata hasta el portal más cercano, construyeron túneles por debajo de la muralla.
Si tenemos en cuenta la principal función de esta construcción, defender la ciudad de cualquier peligro, no es extraño que desde el siglo diecisiete, justo en este punto haya una capilla dedicada a Sant Sebastià, protector de la ciudad contra la peste.
La primera capilla fue derribada en el siglo diecinueve, junto con la muralla, para facilitar el crecimiento urbano. En el mismo lugar, sin embargo, se construyó una nueva capilla de estilo neoclásico, reformada hacia 1980.
Hoy es una celda abierta en la calle, presidida por una escultura de bronce de Sant Sebastià sobre un pedestal de mármol, obra del artista Perecoll. Las flechas clavadas al torso humano recuerdan el martirio del santo.
Actualmente, del antiguo Portal de Barcelona sólo queda un recuerdo: en lo alto de la capilla puedes ver los tres escudos que lo presidían: el de la Corona de Aragón, el de Barcelona y el de Mataró.