Carrer de Barcelona, 13
La calle de Barcelona es actualmente uno de los principales ejes comerciales del centro de la ciudad, pero también una vía llena de detalles y de edificios que te permitirán descubrir cómo era Mataró en el siglo dieciocho. Sólo tienes que levantar la cabeza y no dejarte seducir por los escaparates.
Una parada segura es frente al edificio popularmente conocido como la Imprenta Minerva, construido en el siglo dieciocho. En este edificio, de doble cós, planta baja y piso, Antoni Marfà y Josep Viladevall fundaron en 1923 un establecimiento tipográfico con la intención de editar El Diari de Mataró, el primero publicado en catalán en la ciudad.
Esta imprenta editó muchas de las monografías de la historia local; pero ante la imposibilidad de adaptarse a las nuevas tecnologías, en 1986 tuvo que cerrar. Pese a que hace bastantes años de su desaparición muchos mataroneses todavía llaman a este edificio por su nombre.
De la fachada destacan las jambas y dinteles de piedra de las aberturas y los esgrafiados novecentistas que incorporan figuras y guirnaldas en referencia a la actividad del establecimiento, obra de Francesc Canyelles i Balagueró.
Por cierto, que no os pase por alto la chismosa del primer piso. No es una mujer! Se denominan así las ventanas de madera ubicadas en las plantas principales de muchas casas datadas de finales del siglo diecinueve. Desde estas ventanas las señoras de la casa podían mirar qué pasaba en la calle sin ser vistas. Muchas casas del centro de Mataró tenían una. Si va dirección a la plaza de la Peixataría, podréis ver otra justo antes de llegar.